Habitar el mundo es ridículo. A pesar de la polémica, el dogma, las bromas de mal gusto y la discusión sin sentido, en algún lugar se oculta la belleza. No abogo por la justicia. Soy un mundano. Busco la belleza de ser nada de Pessoa. Como anota en el Libro del desasosiego:
35.
…y un profundo y tedioso desdén por todos cuantos trabajan en pro de la humanidad, por todos cuantos se baten por la patria y dan su vida para que la civilización continúe…
…un desdén lleno de tedio por ellos, que desconocen que la única realidad para cada uno es su propia alma, y el resto —el mundo exterior y los otros— una pesadilla antiestética, como un resultado en los sueños de una indigestión de espíritu.
[…]
Y, ante la realidad suprema de mi alma, todo lo que es útil y exterior me sabe a frívolo y trivial ante la soberana y pura grandeza de mis más originales y frecuentes sueños. Ésos, para mí, son más reales.
La Grande Belleza es mi película favorita. Dejo aquí su magnífico final subtitulado al español.